Basketpedia

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Índice de contenido

1.Un poco de historia

2.¿Por qué se jugó la primera Copa de España?

3.El sistema de competición

4.Los equipos participantes

5.Las semifinales

5.1.Iluro Mataró vs Real Madrid

5.1.1.Partido de ida

5.1.2.Partido de vuelta

5.2.Juventut Sabadell vs Club Rayo de Madrid

5.2.1.Partido de ida

5.2.2.Partido de vuelta 

6.Cena de directivos

7.Pique entre periódicos de ambas regiones tras las semifinales

8.La primera final de Copa: Club Rayo de Madrid vs Real Madrid

9.Bibliografía recomendada

1.Un poco de historia

La España del primer lustro de la década de los 30 era una país eminentemente agrícola con núcleos industriales en tres zonas concretas: País Vasco, Cataluña y Madrid. Durante este periodo, España crece y se afianza una pujante clase media. En 1930 la tasa de analfabetismo era del 45 %, había 212.360 teléfonos, la esperanza de vida era de 50 años. En 1933, el número total de parados alcanzaba las 593.627 personas, proviniendo un 64,5 % del sector agrícola.

Existían profundas divisiones sociales e ideológicas, sobre todo debido a la lucha de clases, que desembocaron en continuos conflictos y huelgas regionales. Con el paso del tiempo, las posiciones políticas se radicalizan.

2.¿Por qué se jugó la primera Copa de España?

La disputa de la primera Copa de España de Baloncesto se produjo en un contexto de progresivo desarrollo e introducción de la práctica del baloncesto a lo largo y ancho y del territorio español. Es bien conocido por todos que el Padre Eusebio Millán introdujo, aunque es más correcto que re-introdujo o dio a conocer de forma mayoritaria, el baloncesto en las Escuelas Pías de Cataluña después de conocer el durante durante su estancia en la isla de Cuba; mientras que en Madrid los primeros jugadores de baloncesto fueron inmigrante de países latinoamericanos.

El estilo de juego de los equipos de cada región estuvo muy influenciado por las personas que introdujeron el deporte en cada ciudad. De esta forma, los equipos madrileños jugaban un juego más técnico y táctico mientras que en Cataluña primaba la velocidad en las acciones.

Las dos grandes ciudades españolas tenían preponderancia sobre el resto de ciudades españolas y llegaron al acuerdo histórico de unir las Federaciones Regionales de ambas comunidades que tenían un discurrir paralelo e independiente. Un año más tarde se unirían las Federaciones Valencias y Balear. En años venideros, y de forma escalonada, se produjo la adhesión de otras regiones de capital importancia para el deporte de la canasta, tales como Vizcaya, Guipúzcoa, Andalucía y Aragón; de esta forma se conseguiría aumentar la popularidad de este nuevo deporte.

Para evidenciar el total acuerdo entre las Federaciones Madrileña y Catalana se decidió crear este evento que enfrentaría al campeón y subcampeón de cada una de las Federaciones. Además, se quiso dar una gran importancia a los partidos y se implicó a una gran cantidad de personas. Por un parte los colegiados, los Señores Manent, Brotons, Gil, Duplat,; por otro lado los cronometradores, los Señores Pons y Espín; y, por último, los anotadores Señores Monerris, Ilnesmens, Gironés, Esteruelas, Anadón y Flores. Los nombres reflejados de cronometradores y anotadores pertenecen a los encuentros disputados en tierras catalanas.

El Rayo Club de Madrid aprovecharía el desplazamiento a tierras catalanas para enfrentarse por la tarde, después de jugar su primer partido de Copa, al equipo del Club Bages, viajando hasta Manresa. Debido al cansancio, también perdió este encuentro de exhibición.

El ambiente creado en las dos ciudades que albergarían el primer partido de las semifinales, Sabadell y Mataró, fue de una expectación inmensa por poder enfrentarse a los rivales de la Meseta Central. De hecho, la demanda de entradas superó con creces las localidades disponibles y se quedó gente fuera de los recintos de juego sin poder ver los partidos. En el primer partido cobraba una relevancia especial la diferencia final en el marcador, sin importar el equipo vencedor; pronosticándose por ellos unos partidos apasionantes e igualados.

En el aspecto meramente baloncestístico se esperaba un enfrentamiento entre dos técnicas completamente opuestas, pero acertadas en ambos casos. El juego catalán era más rápido, fuerte e incisivo hacia el aro con continuas penetraciones. Los clubes madrileños realizaron una preparación intensa para realizar un juego más técnico y más lento pero, quizás, más elegante y preciso que el catalán.

Cómo es lógico, los desplazamiento de los equipos se producían en tren o por carretera. La llegada de los jugadores madrileños a Barcelona se produjo en el rápido de las 11 del día 14 de octubre de 1933. El primer partido de semifinales se jugaría el domingo 15 de octubre, ambos partidos se iniciarían a la misma hora. El desplazamiento de los jugadores catalanes a Madrid se produjo en autocar (ida y vuelta les ocupó casi 44 horas), compartido por ambos equipos, el sábado 21 de octubre de 1933. La salida estaba prevista a las cinco de la madrugada. El segundo partido se jugó el domingo 22 de octubre de 1933. La final se disputaría el domingo 29 de octubre de 1933.

Por lo tanto, la primera Copa tenía todos los ingredientes para convertirse en histórica: buenos árbitros que eran elogiados por la prensa catalana en los días previas a la disputa del primer partido; grandes equipos con sistemas de juego diferenciados y una afición local entregada a disfrutar de la pasión del deporte de la canasta, “recibiendo con cariño” a los equipos madrileños que se encontraron un ambiente “acogedor y simpático” en las dos grandes ciudades industriales y deportivas. La prensa catalana también su sumó al carrusel mediático acudiendo “fotógrafos a granel”.

Los pronósticos para el primer partido daban cómo vencedores a los ambos equipos catalanes, de forma clara el Sabadell y ligera en Mataró. Los directivos de los equipos catalanes reflejaban en sus palabras un entusiasmo y convencimiento absoluto de éxito ante los primer partidos. La parte madrileña vivía una nueva experiencia y llegaban después de una buena y ardua preparación.

El baloncesto y todo lo que le rodea era muy diferente al actual. Los jugadores pagaban por pertenecer al club en el que jugaban y éste solo les facilitaba la equipación de juego, en muchos casos solo la camiseta; los jugadores tenían que comprarse una zapatillas adecuadas, que normalmente eran botas altas realizadas con cáñamo, para el baloncesto con su propio dinero; las pistas eran terrenos de arena y piedra situadas al aire libre; los balones eran de cuero pero estaban muy usados y casi no se podían agarrar debido al desgaste; los espectadores que acudían a ver los partidos solían comprar entrada pero los ingresos recibidos por ello no servían para pagar a los jugadores... vamos, que se notaba que era un deporte de práctica no profesional.

3.El sistema de competición

El sistema de competición seleccionado por los organizadores fue el siguiente. El campeón catalán se enfrentaría al subcampeón madrileño mientras que el campeón madrileño se enfrentaría al subcampeón catalán.

Estaba compuesto de dos rondas. Las semifinales y la final. Las semifinales se disputaban bajo el sistema de partido de ida y vuelta, teniendo en cuenta la diferencia final en el marcador en caso de empate a victorias. El primer partido se jugaría en tierras catalanas mientras que el segundo se haría en Madrid.

La final se jugaría a partido único en la cancha del equipo con mayor diferencia final.

4.Los equipos participantes

Por parte catalana jugarían Juventus Sabadell e Iluro Mataró, campeón y subcampeón respectivamente. Los equipos madrileños participantes fueron Real Madrid y Rayo Club de Madrid, campeón y subcampeón. Estas fueron sus plantillas.

Madrid C. F.: Cayetano Ortega, Juan Castellví, Segundo Braña, Víctor Villate, Máximo Arnáiz, Tormo, Jenaro Olives y Juan Negrín. Entrenador: Ángel Cabrera.

Rayo: los hermanos Pedro y Emilio Alonso, Pedro Vitórica, Claudio Alonso, Luís Alonso (primo de los hermanos y Albiñana.

Juventus: Sangres, Barquet, Massagué, Armengol, Morral y Estop.

Iluro Mataró: Ginesta, Cordón, Arenas, Cordón, Raimi y Costa.

5.Las semifinales

Los clubes catalanes fueron designados para jugar el primer partido como local. El segundo partido se jugaría una semana después en tierras madrileñas.

5.1.Iluro Mataró vs Madrid C. F.

5.1.1.Partido de ida

Antes de comenzar con la crónica del primer partido referir una curiosidad. Una hora antes del partido de Copa se disputó un partido de exhibición entre el primer equipo del Barcelona y el segundo del Iluro Mataró. Este partido fue programado a las 11:00 h del 15 de octubre de 1933.

El árbitro designado para el encuentro de Copa fue el Señor Manent. El cronometrador fue el Señor Espín. Los anotadores fueron los Señores Medina, Ilnesmens, Anadón y Flores. El partido estuvo lleno de tensión y nervios que provocaron numerosos fallos de los jugadores de ambos equipos. Esto provocó que, por momentos, el juego lindara lo sucio y mal intencionado. Menos mal que el árbitro del encuentro, Señor Manent, estuvo enérgico y rápido en la visión de las jugadas, consiguiendo imponerse a los jugadores que tenía a sus órdenes. El comportamiento del público mataronense rozó la perfección.

El cinco inicial del equipo merengue estuvo formado por Arnaiz, Villate, Castellví, Negrín y Ortega. Por parte del Iluro Mataró iniciaron el partido Ginesta, Canal, Cordón, Arenas y Raimi. El equipo madridista comenzó el partido aplicando una defensa dura que solo Cordón conseguía romper con dos tiros muy bonitos. El Madrid solo conseguía anotar por medio del pívot Castellví y de tiros libres. De esta forma se llegaba al ecuador de la primera parte con un 10-3 favorable a Mataró. Los de Madrid no perdieron la serenidad y consiguen igualar el marcador al descanso (14-13, para Iluro). El segundo tiempo fue muy competido y ningún equipo fue capaz de escaparse en el marcador, hasta que en los últimos instantes del partido, el cinco costeño consigue despegarse en el marcador y finalizar el partido con cuatro puntos de ventaja (21-17). Este marcador dejaba en clara ventaja el pase del equipo madridista. Los mejores jugadores del partido fueron el pívot Cordón (Mataró) con 12 puntos mientras que en el lado blanco destacó el hábil pívot Castellví, con 2 puntos.

Después del partido, a eso del mediodía, directivos de ambos equipos, federativos, entrenadores y jugadores fueron obsequiados con un vermút. En esta recepción reinó la camaradería e hicieron uso de la palabra los capitanes y delegados de ambos equipos. A continuación, tomó la palabra por parte de la Confederación Española el señor Castejón. El siguiente en hablar fue el presidente del Iluro, el señor Prat. Por último, en nombre de la prensa habló el periodista de “El Mundo Deportivo” A. Manent. Todos los oradores recibieron una sentida ovación.

5.1.2.Partido de vuelta

El partido se jugó el domingo 22 de octubre de 1933 y se disputó en el terreno de los jardines del cine Goya. El árbitro designado para pitar el encuentro fue el señor Duplat. Los miembros de la prensa catalana tenía muy buenas referencias previas de este colegiado. Estas referencias provenían de una relación de amistad entre el señor Duplat y A. Manent, periodista de “El Mundo Deportivo”. A pesar de esto, en las crónicas se afirma que el arbitraje fue desconcertante por lo casero de la actuación. El terreno de juego había sido arreglado para la ocasión. De esta forma, el terreno que parecía impecable al comienzo del partido del partido se convirtió en impracticable, para el juego catalán, al poco de empezar el partido debido a que era arenoso en extremo. Esto impedía el correcto bote del balón, lo cual perjudicada al equipo costeño.

El cinco madridista estuvo formado por Villate, Arnáiz, Castellví, Ortega y Negrín. El equipo mataronense empezó el partido con Ginesta, Canal, Cordón, Raimi y Arenas. Antes del comienzo del partido se produjo una ceremonia de rigor en esa épocs, estab compuesta por un intercambio de flores y vitorear unos hurras. El partido comenzó con una ligera de presión del equipo blanco que se hizo patente en el marcador con la canasta conseguida por el habilidoso Castellví al poco de comenzar el partido. Otro punto más conseguido por Castellví desde la línea de tiros libres puso un 3-0 a favor del equipo blanco. El mal estado del terreno de juego no permitía que los equipos se luciesen, así que el árbitro decido tomar el protagonismo y señala varias faltas personales a los jugadores ilurenses, lo cual consigue descentrarles. El equipo mataronense solo consigue anotar desde la línea de tiros libres. Al descanso se llega con 9-3 a favor del Madrid y con los jugadores catalanes muy enfadados con el árbitro.

El segundo tiempo comienza con un intercambio de canastas que dejó el marcador en 11-5 cuando habían transcurrido cinco minutos. En este momento, el capitán del Iluro protesta airadamente al señor Duplat que responde con dos faltas técnicas. En este momento, las faltas técnicas estaban castigadas en el reglamento con un tiro libre y balón de banda, sin existir rebote después del tiro libre. Por tanto, el Madrid disponía de dos tiros libres y posesión de balón. El Madrid anota el primero pero falla el segundo. Sin embargo, en contra del reglamento vigente, el árbitro decide que el balón está vivo. El rebote es capturado por un jugador madridista que anota 2 puntos. Cómo es lógico, Cordón protesta la concesión de estos dos puntos. El árbitro decide no hacer caso de las protestas y concede validez a la canastas. Con esta situación, el equipo catalán decide abandonar el terreno de juego. Con el abandono, se produce una bronca épica y cunde el desconcierto general.

Vistas las consecuencias de su controvertida y equivocada decisión, el señor Duplat reflexiona y reconoce su equivocación. Manda un emisario el vestuario del equipo costeño, pero éste vuelve con la negativa de volver al campo del equipo catalán. El partido se da por acabado pero los oficiales y cronometradores deciden anular la canasta y el partido termina con el 12-5. Castellví, con 8 puntos, fue el máximo artillero del equipo blanco. Por parte del Iluro Mataró anotaron Raimi y Cordón, dos puntos cada uno. El Madrid C. F. se clasificaba para la primera final de Copa de España, por el abandono del partido.

El señor Cabrera, directivo madridista y alma del baloncesto en Madrid, hizo las siguientes declaraciones: “Lamento lo ocurrido, y aunque no lo encuentro excusable, reconozco que el Iluro fue netamente perjudicado con la actuación del árbitro que motivó el conflicto. Esto aparte, es necesario llegar a una inteligencia pues la distinta interpretación del reglamento, de no llegar a aquella, motivará otros hechos como el de hoy cuando actúen catalanes y castellanos.” El señor Cabrera, que también era Presidente de la Federación Castellana, llegó a proponer la reanudación del encuentro la misma tarde del partido, descontando, claro está, los puntos conseguidos de forma ilegal y con un cambio de árbitro, propuso a Pedro Gil. Los directivos costeños no aceptaron tal proposición por considerar que no era justo.

En días posteriores al partido, noticias publicadas por “El Mundo Deportivo” reflejan que el árbitro no era partidista sino que, a pesar de que puso mucha voluntad en su actuación, no le acompañó el acierto. Vamos, que que no es que fuese malo sino que no sabía arbitrar. Lo cual, a mi entender, es más grave, si es que esto es cierto. En estas crónica llega a citar palabras textuales del señor Duplat, pronunciadas al descanso del partido: “Ignoro lo que tengo, pero no sé como arbitro”. Además, de meterse con la falta de actitud del árbitro el periodista se ensaña con los miembros barceloneses de la Confederación Española debido a que no acudieron a Madrid por la coincidencia en fecha del derby regional de fútbol Español-Barcelona disputado en la carretera de Sarriá.

Por último reflejar unas declaraciones del señor Gutierrez y el señor Canal, de la Federación Catalana, defendiendo de forma indecible los intereses de los equipos catalanes: “Consideramos un atropello los arbitrajes que han hecho en ésta y que han perjudicado, de forma indecible, a nuestros representantes. Que conste nuestra más enérgica protesta contra los mismos. Consideramos que con un buen arbitraje el Sabadell, aunque vencido, se hubiera clasificado, y que el Iluro tenía muchas posibilidades de hacer lo propio, ya que el Madrid estaba jugando muy deficientemente”.

5.2.Juventut Sabadell vs Club Rayo de Madrid

5.2.1.Partido de ida

Este partido fue programado a las 11:00 h del 15 de octubre de 1933. El árbitro designado fue el Señor Brotons. El cronometrador fue el Señor Pons. Los anotadores fueron los Señores Monerris, Ilnesmens, Girones y Esteruelas. Los pronósticos deportivos daban como vencedor claro al conjunto local y los meteorológicos decían que iba a llover. Al final no ocurrió ni una cosa ni la otra. Afortunadamente para la taquilla del Juventus Sabadell. El público, que casi llenaba el “Catalunya Parc”, dispensó un cálido recibimiento al comprobar la vestimenta completamente blanca del Rayo. Seguro que alguno de los asistentes se equivocó y pensó que era el Madrid. Solamente algunos “trinos” dispensados por el público congregado enturbiaron el comportamiento de la afición local. Antes del comienzo del partido el Sabadell hizo entrega de un ramo de flores “con los consabidos y patrióticos lacitos”; como muestra de respeto, los jugadores del Rayo entonaron unos hurras dedicados al campeón catalán.

Tal y cómo se preveía, el resultado fue muy favorable al equipo de Sabadell que logró imponer su mayor velocidad y fondo físico sobre la técnica y la defensa de los jugadores del Rayo, cuyo juego se basaba en una fuerte defensa y en retener el balón todo lo permisible por el reglamento. El cinco inicial del Rayo estuvo formado por los hermanos Alonso, Pablo y Luís, su primo Luís Alonso, Vitórica y Claudio Alonso; por parte del Sabadell empezaron el partido Barquet, Novas, Massagué, Armengol y Morral.

La táctica empleada por los jugadores rayistas provocó el desconcierto tanto de los jugadores catalanes cómo del público concitado por el evento; el de este último provocado por el lógico desconocimiento del reglamento en vigor, que, como siempre y para variar, estaba continuo proceso de revisión y acondicionamiento a la práctica del baloncesto vigente. De hecho, la primera canasta fue anotada por el rayista Claudio Alonso “en forma tan fulminante y seca que todo el 'auditorio' quedó en suspenso”. Esto hizo que la primera parte estuviese muy igualada y se reflejase en el marcador parcial con cinco puntos de ventaja para los catalanes (18-13). Además, la tensión del partido quedó patente en dos faltas técnicas, una para cada equipo, Vitórica (Rayo) y otra al capitán del Juventus.

La segunda parte tuvo un discurrir completamente distinto. El equipo catalán se adaptó al juego del equipo madrileño, además los jugadores rayistas tuvieron un bajón físico que mermó mucho la rapidez de ejecución de las jugadas rayistas y provocó el aumento de los errores. Estos dos factores provocaron que el Juventus se hiciese con el dueño absoluto del partido y se impusiese en la segunda parte de forma cómoda con un parcial 22-12, dejando el marcador final con una ventaja clara (40-25) pero que no consideraban definitiva ninguno de los protagonistas. El máximo anotador del partido fue Massague (Sabadell) con 16 puntos, seguido por Claudio Alonso (Rayo) con 11 puntos.

Tras el partido reinó una completa fraternidad en los vestuarios y se produjeron numerosas declaraciones. El presidente del Juventus Sabadell, Señor Busquets, dijo que “los madrileños habían sido dificilísimos de batir, pues juegan mucho... No considera suficientes los quince puntos para ir con tranquilidad a Madrid”. El señor Clavero, presidente del R.C.D Español manifestó que “quince puntos son quince puntos, esto es, una ventaja casi imposible de remontar. Que el Rayo en un buen equipo, con una defensa soberbia. Y que la rapidez y mayor fondo de los campeones catalanes decidieron el match.” El colegiado del partido, Señor Brotons, declaró que “el equipo madrileño le había decepcionado y que el público no estaba al corriente de los Reglamentos vigentes, máxime en lo que se refiere a la legalidad de las retenciones.”. El señor Cabrera, directivo del Rayo, se limitó a decir que “el Madrid y el Juventus serían dos grandes finalistas.

5.2.2.Partido de vuelta

El partido se jugó el domingo 22 de octubre de 1933. El árbitro designado para pitar el encuentro fue el señor Gil, del cual la prensa catalana no tenía referencias, ni buenas ni malas.

El equipo catalán encaraba el partido con el ánimo levantado por la ventaja adquirida en tierras catalanas. Ambos equipos sabían lo que estaba en juego, todo un pase a la primera final de Copa de España de Baloncesto, y estaban muy nerviosos, conscientes de la importancia del enfrentamiento. El equipo rayista comenzó con Pedro, Alonso, Claudio, Emilio y Luís. El cinco inicial del equipo de Sabadell estuvo compuesto por Novás, Barquet, Massagué, Armengol y Morral.

El equipo madrileño era consciente de que para remontar los quince puntos de desventaja que traían del partido de ida disputado en el Parc de Cataluña tenían que aplicarse en defensa. Y tanto que lo hicieron. En la primera parte el equipo catalán solo consiguió una canasta 11-2. De esta primera parte hay que destacar una jugada en especial: tras la primera canasta conseguida por el Rayo, el árbitro, el señor Gil, no pudo reprimir la alegría y dio un salto de júbilo en medio del terreno de juego. Esto lo utilizó la prensa catalana para justificar el arbitraje casero que sufrió el Juventus. Incluso, durante el descanso, el enviado especial del periódico “El Mundo Deportivo” habló con el árbitro para reclamarle un arbitraje imparcial e igualar el criterio a la hora de pitar faltas personales.

La segunda parte siguió la presión defensiva del equipo madrileño y la, consecuente, poca eficiencia anotadora del equipo catalán. Esto provocó otro parcial claro a favor del equipo rayista, 12-4, para dejar el marcador final señalando un 23-6 que daba el pase a la final al equipo madrileño, al haber recuperado este el basket-average. Vitórica, con 10 puntos, fue el máximo anotador del Rayo mientras que Estop consiguió todos los puntos anotados por el Juventus Sabadell, todos ellos “fueron tiros de más de medio campo en ocasión de encontrarse este elemento completamente solo”, según las crónicas, seguramente exageradas, publicadas por “El Mundo Deportivo”. Al final, este periódico llega a la conclusión de que la aplicación del reglamento no es la misma en el centro que en el norte y pide una reunión de los comités de árbitros de ambas regiones para unificar los criterios. A la vez que pide que el señor Gil no vuelva a pisar un terreno en juego en calidad de árbitro. Reflejar que este colegiado señaló doce faltas a los jugadores de Juventut Sabadell y una sola, y a última hora, a los jugadores del Rayo.

6.Cena de directivos

Tras la disputa de los partidos de vuelta de las semifinales, el señor Gutierrez-Bringas, Presidente de la Confederación Española, ofreció una cena en el Palace Hotel, un hotel de lujo de Madri. A esta cena asistieron sus compañeros de organismo, los federativos catalanes y castellanos y el periodista A. Manent. Cómo es lógico, durante la cena se habló de baloncesto, de unificar los reglamentos para evitar hechos como los registrados durante la mañana y tratar de mejorar los terrenos de juego. En este punto, el señor Gutierrez-Bringas anunció que había hecho traer de Nueva York una tierra especial para construir una pista de baloncesto, en la cual solo la partida del suelo ascendía a 25.000 pesetas. Toda una inversión para la época.

7.Pique entre periódicos de ambas regiones tras las semifinales

Tal y como sucede en la actualidad, los periodistas de medios de comunicación de ambas regiones apoyaban de manera ferviente, casi fanática a su equipo. En el periódico “Ahora” apareció publicado un artículo de opinión firmado por el señor Hermosa en el que cual afirmaba que los conjuntos catalanes no conocían los fundamentos básicos del baloncesto. La respuesta de A. Manent, periodista de “El Mundo Deportivo” fue resaltar la parcialidad del árbitro del Rayo-Sabadell y la mala actuación por desconocimiento del colegiado del Madrid-Mataró; también reconoció que en los equipos madrileños había buenos jugadores, citando a Alonso y Castellví como ejemplos únicos mientras que en los equipos catalanes citó una lista casi inagotable de jugadores en todas las posiciones: Carbonell, Martínez, Muscat, font, Arnaud, Coll, Colomer... Vemos que hay cosas que no han cambiado con el paso del tiempo.

8.La primera final de Copa: Club Rayo de Madrid vs Madrid C.F.

La Federación Castellana de baloncesto eligió como terreno de juego para la primera final de la Copa de España el campo situado en los jardines del cine Goya. Antes de la gran final se jugarían dos partidos preliminares disputados por equipos de primer categoría. A las diez de la mañana se jugaría el Sociedad Gimnástica-Regimiento 3. Una hora más tarde estaba programado el América-F.U.H.A. Para terminar de disfrutar de una mañana completamente baloncestística se disputaría el Madrid-Rayo cuyo comienzo estaba previsto para las doce de la mañana. La fecha, histórica, el domingo 29 de octubre de 1933. El árbitro designado fue Pedro Gil.

El cinco inicial del Rayo estuvo formado por Luis Alonso, Pedro Alonso, Claudio Alonso, Pedro Vitórica y Emilio Alonso. Por parte del equipo madridista comenzaron el partido Arnáiz, Villate, Castellví, Ortega y Negrín.

Las crónicas relatan una propuesta de partido del equipo blanco basado en la excesiva dureza defensiva, realizando constantes faltas, mientras que el Rayo hizo gala de una exquisita técnica. Lo único cierto es que el equipo rayista, por medio de la gran actuación de Vitórica, a base de tiros, se fue distanciando en el marcador hasta llegar al final de la primera parte con 12-4 a favor del Rayo.

El segundo tiempo bajó la intensidad defensiva del equipo rayista, lo que permitió al Madrid F. C. anotar más canastas, aunque sin llegar a conseguir las necesarias para ganar la segunda parte (9-7, a favor del Rayo). Los máximos anotadores del partido fueron Castellví (Madrid C. F.) con ocho puntos y Emilio Alonso (Rayo Club) con 7 puntos. De esta forma, se convertía el Rayo Club Madrid se convirtió en el primer campeón de la Copa de España de baloncesto.

Al finalizar el encuentro se hizo entrega al equipo campeón de España de la copas que acreditaban la consecución del primer título de Copa. Las copas fueron donadas por Niceto Alcalá Zamora, presidente de la Segunda República de España, S. F., y el Ayuntamiento de Madrid.

Algunos de estos datos puedes verlo en el video siguiente que es un extracto del primer capítulo de Chócala:

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9.Bibliografía recomendada

  1. Sitio web oficial de la liga ACB

  2. Hemeroteca digital del periódico deportivo “El Mundo Deportivo”. Artículos redactados en los días anteriores, de partido o posteriores al partido firmados por Francis, A. Maunier, Dixy, Noti Sport.

  3. Capítulo 1 del programa de Televisión Española “Chócala”, emitido originalmente en 1992. Enlace a un artículo del sitio web oficial de la liga ACB que explica el contenido de la serie.

  4. El Diario del Siglo XX. Coleccionable publicado por el diario El Mundo.

  5. La guerra civil española. Mes a mes. Grupo Unidad Editorial S. A. Año 2005. Código ISBN de la obra completa: 84-96507-59-9. Varios redactores.

    • 10. Estadísticas individuales

    • Están metidas las estadísticas individuales de todos los partidos, basándose en las crónicas de los partidos encontradas en las hemerotecas digitales de los periódicos El Mundo Deportivo y ABC. Por tanto, las clasificaciones estadísticas son completamente válidas pero no oficiales.

11. Documentación

He reunido en un solo documento PDF todas las páginas del periódico deportivo 'El Mundo Deportivo' en las cuales se habla del evento. Puedes descargarlo en este enlace: